viernes, 22 de julio de 2011

Es cuestion de cultura y de valores


Actualmente la corrupción, la falta de políticas públicas, el mal gobierno y la ciudadanía desorganizada y mal informada es un problema cultural, el cual ha afectado tanto a las instituciones como al estado de derecho. México es un país nuevo en el sistema democrático comparado frente a las grandes potencias europeas, las cuales han pasado por diversos tipos de sistemas políticos en su historia, diversos desastres como guerras o ambientales, los cuales han llevado a que culturalmente la ciudadanía y el gobierno trabajen mutuamente para mantener una nación fuerte y poderosa, creándoles una especie de nacionalismo para un bien común.   
  
En México este tipo de nacionalismo no existe, el desinterés tanto del ciudadano como del político de hacer una nación democrática fuerte no esta en las prioridades del mexicano. El mexicano busca siempre sus propios intereses y esto es lo que ha llevado a tener un país mísero y sin valores culturales. Pues tanto el ciudadano como el político no buscan un bien común, sino el beneficio individual, mienten, extorsionan, infringen la ley, sin darse cuenta que este tipo de acciones no simplemente afectan a las personas que en primera estancia cometen el delito, sino que afectan a toda una nación.

El “ahí se va”, “el ya merito” o “el mañana lo hago”, son expresiones culturales del mexicano, las cuales no simplemente lo enorgullecen, sino que es un ejemplo a seguir que se impone en esta sociedad, entonces cómo exigir que  seamos un buen país y una gran potencia, sino tenemos los hábitos para llegar a ella, el mexicano culturalmente es el dolido, el sufrido nos hemos generado una cultura de falta de motivación y de conformismo, nuestra historia esta llena de sometimientos y nada de grandeza, preferimos ser los pobres y humildes y le tenemos miedo al éxito. Todo esto se ve reflejado en la conducta del mexicano, pues todo este sufrimiento y sometimiento que ha tenido el mexicano desde las civilizaciones prehispánicas frente a los españoles se ha introducido en nuestra forma del ser mexicano. Así que adoptamos tendencias de dominadores y/o dominados, “prefiero chingarlo a que me chingue”, “primero yo y después yo” y todas estas formas de ser las adopta el político y el ciudadano, las cuales se ven reflejadas en una pésima falta de valores y en una débil y mediocre democracia.

Los políticos tanto como los ciudadanos deben adquirir el sentido de responsabilidad, obligación y derecho. El ciudadano tiene la obligación y el derecho de ir a votar, pero si el político o candidato jamás ha tenido la responsabilidad que debe de tener, lleva a una desconfianza e incertidumbre, lo cual lleva a que el ciudadano no vote y no sea participe de unas elecciones que le afectaran o beneficiaran en un futuro. Lo mismo ocurre con la corrupción, al mexicano no le gusta seguir ni leyes ni normas, así que es muy común que las infrinja, pero lo que lleva a un problema mayor es la falta de responsabilidad que tiene el ciudadano de no aceptar que cometió un delito y lo quiera solucionar por medio de cohecho para no ser castigado o multado, pero este individuo no actúa solo, la autoridad permite que este hecho se lleve acabo, por la falta de responsabilidad y ética que tiene de su trabajo  y a su vez el gobierno es participe de este hecho por tener un pésimo sistema de seguridad en donde no se la da el entrenamiento, los valores y el sueldo  necesario que debe dársele a un policía o agente de seguridad.

Una de las opciones para que la corrupción disminuya en este país, es que se le pague al funcionario público dependiendo del trabajo que ejerza, que se contrate al personal adecuado para dicho trabajo y se deje el compañerismo o la amistad en este tipo de situaciones, pues el trabajo que este funcionario ejerza es indispensable para el desarrollo nacional, para ello se debe dejar en claro que mientras las personas piensen en sus propios intereses y no en el bien común, seguirá habiendo delincuencia, corrupción y esa enorme brecha entre una minoría beneficiada y una mayoría, la cual cada vez aumenta más y se fractura más. Cuando el gobierno tenga y ejerza los valores necesarios para ver por toda una ciudadanía, cuando los ciudadanos participen y actúen en acciones políticas que beneficiaran a toda una nación, cuando se aprecie y valore el trabajo, cuando se tenga esa conciencia de responsabilidad, obligación y de derecho, cuando haya participación, cooperación y exigencia mutua entre los gobernantes y los gobernados, desaparecerá esa cultura conformista mexicana y deberá surgir una cultura democrática y de valores.

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